lunes, septiembre 10, 2007

EL PRIMER FUNERAL DE UN PRESIDENTE REPUBLICANO


Miguel San Román nació en Puno en 1802. Su padre coronel del ejercito español conspiró a principios del siglo XIX contra la metrópoli fue apresado y ejecutado. Su joven hijo, quien llevaba el mismo nombre y apellido compuesto, lo acompañó un año en la cárcel y presenció su ejecución. Marcado por la muerte de su padre, el joven San Román se incorporó al bando patriota e ingresó a Lima junto a San Martín. Con el grado de capitán combatió en Ayacucho y la segunda campaña a puertos intermedios. Apoyó a Pedro Bermúdez y Gamarra en la primera guerra civil republicana de la cual se tiene registro, luchó contra Santa Cruz y apoyó nuevamente a Gamarra en su gobierno restaurador. Sofocó la revuelta vivanquista de 1857. Fue consejero de guerra y ministro de Estado de Ramón Castilla.
Reemplazó a Castilla durante su segundo Gobierno. Aunque tuvo un gobierno efímero logró establecer el sistema métrico decimal como unidad de medida y pesos. A inicios del año 1863, ya como presidente, cayó enfermo, al parecer de cálculos renales, teniendo que trasladarse el 17 de marzo a la villa de chorrillos, desde donde siguió despachando con sus ministros. Para el 30 de marzo, ya el mal había avanzado, la obstrucción renal no le permitía miccionar generándole fuertes cólicos; en este estado se mantuvo por algunos días más. Se dice que Ramón Castilla fue el único que le habló con franqueza y le recomendó que arreglara su conciencia y sus asuntos, es así que el 02 de abril se efectuó una sensible ceremonia de sacramentación, al día siguiente el General San Román dejaba de existir en brazos del propio Castilla. Lo anecdótico del asunto es que San Román logró reunir a perro, pericote y gato entorno a su cuerpo inerte, pues se reunieron Vivanco, Echenique y Castilla para dar el último adiós al primer presidente republicano muerto en el poder.

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